365 días
Sin mi héroe, algunas veces viviendo en en automático, con la mirada perdida e intentando descifrar la temporalidad de las personas... ha pasado un año y al hablar de ese día con mis hermanos es llenarme de información que no vi, gracias a ese punto ciego que me mantiene aveces a salvo y otras tanto al borde de la crisis...
No reniego de tu muerte, duele tu ausencia ¡sí! Es una herida que fragmentó mi ser, hay una versión mía antes y después de tu muerte...

Hoy más que nunca creo que en la fantasía de aquel que está por morir, lo sabe... nuestra última navidad y Año Nuevo rompiste la tradición y solo hablaste tú... cual tú costumbre tenías las palabras perfectas y así fueron tus mensajes, tuviste tu celebración de cumpleaños como nunca.Agradecías cada que podías en el grupo de WhatsApp de la familia nuestra convivencia y no entendía por qué lo hacías...
Esta nueva vida sido toda una odisea, me enseñaste de todo menos a saber que era vivir sin ti, estar rodeada y sentir un vacío, te ame, te amo y te amaré hasta mi último suspiro, aveces quisiera que todo esto fuera un mal sueño, despertar y saber que estarán tus mensajes en mi celular, que llegaré a la oficina y estarás tú, tu olor y calidez que te caracterizaba, que llegaré a tu casa y olerá a una rica comida...
Han sido 365 días de aquella visita de David a mi casa diciéndome “mi papá se murió”
Yo con la pregunta ¿de qué hablas?, ¡claro que no!... acabo de hablar con él en la noche... de pasar del schok de la noticia a moverme a organizar tu funeral; y después de estar abrumada a tratar de mitigar este dolor del alma... empezó el dolor del duelo y con ello a seguir los pasos del duelo, sin temor de mostrar la tristeza que me acompaña la mayor parte del tiempo.
He cambiado tanto que segura estoy te sorprenderías... ¡ay padre mío, cuánta falta me haces! Hoy son 365 días sin ti... y esta dualidad de tiempo (aveces pareciera que fue ayer y otras veces que llevamos una eternidad
me lleva a noches largas y días cortos.
Te busco muchas veces y no te encuentro, y cuando mas oscuro está, sigues siendo tan sabio que me permites encontrarte en tus nietos, en mis hermanos, en tu trabajo, en tu casa, en canciones, películas, en abejas y colibrís, entre lágrimas y sonrisas... pero he aprendido a reconocerte cada vez que me miro en el espejo... 💕
Mis primeros 365 días sin ti...
Sin mi héroe, algunas veces viviendo en en automático, con la mirada perdida e intentando descifrar la temporalidad de las personas... ha pasado un año y al hablar de ese día con mis hermanos es llenarme de información que no vi, gracias a ese punto ciego que me mantiene aveces a salvo y otras tanto al borde de la crisis...
No reniego de tu muerte, duele tu ausencia ¡sí! Es una herida que fragmentó mi ser, hay una versión mía antes y después de tu muerte...

Buscabas ESTAR en cada etapa, aveces eras muy salvaje otras
tantas eras el más encantador...
Esta nueva vida sido toda una odisea, me enseñaste de todo menos a saber que era vivir sin ti, estar rodeada y sentir un vacío, te ame, te amo y te amaré hasta mi último suspiro, aveces quisiera que todo esto fuera un mal sueño, despertar y saber que estarán tus mensajes en mi celular, que llegaré a la oficina y estarás tú, tu olor y calidez que te caracterizaba, que llegaré a tu casa y olerá a una rica comida...
Han sido 365 días de aquella visita de David a mi casa diciéndome “mi papá se murió”
Yo con la pregunta ¿de qué hablas?, ¡claro que no!... acabo de hablar con él en la noche... de pasar del schok de la noticia a moverme a organizar tu funeral; y después de estar abrumada a tratar de mitigar este dolor del alma... empezó el dolor del duelo y con ello a seguir los pasos del duelo, sin temor de mostrar la tristeza que me acompaña la mayor parte del tiempo.
He cambiado tanto que segura estoy te sorprenderías... ¡ay padre mío, cuánta falta me haces! Hoy son 365 días sin ti... y esta dualidad de tiempo (aveces pareciera que fue ayer y otras veces que llevamos una eternidad
me lleva a noches largas y días cortos.
Te busco muchas veces y no te encuentro, y cuando mas oscuro está, sigues siendo tan sabio que me permites encontrarte en tus nietos, en mis hermanos, en tu trabajo, en tu casa, en canciones, películas, en abejas y colibrís, entre lágrimas y sonrisas... pero he aprendido a reconocerte cada vez que me miro en el espejo... 💕
Mis primeros 365 días sin ti...
Tu periquita.
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